Una noche tuve un sueño.
Soñé que tenía en mis brazos un bebé, era una preciosa niña recién nacida.
No suelo acordarme de mis sueños, pero a la mañana siguiente lo recordé perfectamente.
Así que busqué en internet el significado de aquel sueño.
Según la tarotista Victoria Arderius, "soñar con tener un bebé en el caso de quienes desean tenerlo, nos habla de que se está movilizando el instinto maternal o paternal para cumplir ese deseo de tener un hijo".
Entonces me di cuenta de que mis ganas de ser madre seguían intactas. Es decir, aún seguía teniendo esperanzas de tener hijos algún día. No me había dado por vencida.
Eso sí, ya no me importaba tanto si la criatura no llevara mis genes, ya no me importaba el cómo sino el fin.
Como consecuencia, las puertas de mi corazón (antes encajadas), quedaron abiertas para aceptar la soñada y deseada ovodonación.
En este mismo artículo, se habla también de números.
Casualidades de la vida, esa misma noche el número premiado del Triplex de la ONCE fue el 273. En la Quiniela, soñar con un niño significa que hay que jugarle al 02; y si soñamos con tener un bebé, el número a jugar es el 73.
Una noche de verano, saqué un colchón al patio y me puse a contemplar las estrellas.
En aquella fracción de segundos, vi una 🌠 estrella fugaz, e inmediatamente supe lo quería: "deseo ser madre". ¿Quién no ha hecho esto alguna vez? Ojalá todo fuese tan fácil como mirar una estrella y pedir un deseo.
Últimamente, me estoy encontrando muchas cigüeñas en los campanarios. ¿Serán señales que me manda el universo?
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