Volví a perder la regla unos meses. Esta situación me tenía aburrida.
Tanto los médicos de cabecera como las ginecólogas a las que acudí, no tenían experiencia en menopausia precoz. Tuve la mala suerte de toparme con médicos que no tenían ni idea, parecía que le habían dado el título en la tómbola, hasta yo estaba más puesta en el tema que ellos. Lo único que hacían, era tenerme entretenida y jugar conmigo como si yo fuera un ratón de experimento.
Cansada de su poco profesionalismo, decidí buscar una ginecóloga especializada en mi caso. Buscando por internet, di con un miembro de la Unidad de Menopausia de un centro de ginecología. ¡Por fin alguien preparado!
Y así fue, la doctora de la Orden me trató muy bien, supo escucharme y tener paciencia conmigo. Su amabilidad hizo que me sintiera cómoda y relajada. Me recetó unas pastillas hormonales para provocarme la menstruación. Ya había atendido mujeres con menopausia precoz, por tanto sabía de lo que hablaba. Ponerme en sus manos fue la mejor decisión que pude haber tomado.
El tratamiento fue un éxito, gracias a las pastillas recuperé la regla.
Pero también tenía que ocuparme de mi salud mental. Por ello, retomé las sesiones con mi antigua psicóloga. Si quería coger las riendas de mi vida, tenía que hacer un trabajo personal y resolver todo lo que llevaba arrastrando desde hace años.
El caso es, que me molestaba repetirle una y otra vez el motivo de mi tristeza, llamado "duelo genético". No sé si estaba distraída, o si estaba más pendiente de escribir en su portátil lo que yo le contaba, que en prestarme atención. No me sentía comprendida ni escuchada. ¿Qué podía esperar de una psicóloga, que se dedica a situaciones y momentos difíciles de la vida cotidiana? Como si lo mío le ocurriese a todo el mundo.
Prefería una y mil veces a María del Mar, ella sí que está especializada en psicología de la reproducción asistida. Comprende y sabe cómo tratar temas como el duelo genético, básicamente porque está acostumbrada a ver en su consulta, mujeres con problemas de fertilidad un día sí y otro también.
Ahora reflexiono desde la calma, y creo que lo que hizo la ginecóloga de la clínica reproductiva, fue marear la perdiz conmigo. Vamos que estuvieron entreteniéndome, en lugar de ir con la verdad por delante desde el principio. ¿Con qué fin? pues, ir acumulando citas, y a la vez, ir haciendo caja, teniendo en cuenta que cada consulta costaba 80€. Así que en blanco y en botella.
A mí también me extraña, que las clínicas devuelvan el dinero si no logran embarazos.
Todo no iba a ser siempre malo, también llegaron noticias buenas; como dice mi madre “ni lo bueno dura siempre, ni lo malo tampoco”. Me llamaron para trabajar en una prestigiosa academia. A pesar de que sólo fueron un par de días, me provocó un chute de motivación, me ayudó a subir mi autoestima y sentirme útil.
Por último, me gustaría recomendarles eva fertility clinics y dos bancos de esperma y óvulos de reconocimiento internacional, que han ayudado a hacer realidad miles de sueños: europeanspermbank y cryos.
P.D.: Les aconsejo que busquen siempre especialistas. Les servirán de más ayuda personas especializadas, que doctores que se dedican a la medicina general.
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