Tenía cierta sospecha de lo que me podía estar pasando, pero no era conocedora de todo el percal; aún había muchas incógnitas por despejar.
Intranquila, me puse de nuevo a investigar por mi cuenta en Internet, hasta dar con algo desconocido e impensable: menopausia precoz, (lo que me temía).
Cuando leí las causas y síntomas, me sentí muy identificada. Pues dentro de mí, cabía la posibilidad de padecer esta afección.
Buscaba desesperada soluciones y tratamientos para curarme. Casualmente, me topé con un estudio novedoso, a la vez que interesante: "el rejuvenecimiento ovárico".
Un enlace me llevó a otro, hasta que me enteré que IVI buscaba candidatas para dicha investigación: https://ivi.es/blog/ivi-busca-candidatas-para-estudio-sobre-rejuvenecimiento-ovarico/
Sentí curiosidad, así que solicité información para presentarme como posible candidata, porque para mí ese estudio era como una salvación, la salvación a mi desgracia. Estaba esperanzada. En ese momento, lo veía como LA SOLUCIÓN MÁS EFICAZ para erradicar mi problema. De hecho, hice partícipe a mi ginecóloga de mi intención, no con el fin de esperar su aprobación, sino para que me aconsejase lo mejor para mí.
Aunque las iniciativas del estudio se encontrasen aún en fase experimental, tenía la esperanza de que podría curarme y de que mi sueño podría hacerse realidad.
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