MI MADRE, MI BASTÓN: apoya, acompaña, no dirige ni te frena, sólo hace que el camino que tú elijas, sea el más cómodo y liviano del mundo.
MI MADRE, MI ALMOHADA: me tranquiliza, me da serenidad, me aporta el bienestar que necesito para la lucha diaria del día siguiente.
MI MADRE, MI CORAZÓN: me hace sentir, me hace sentirme amada, respetada, admirada y acompañada cada segundo de mi vida.
MI MADRE, MI MODELO: me enseña, me deja enseñarle, me adula y la admiro, se deja imitar en aquellas cosas que yo quiero aprender.
MI MADRE, MI PRIMER AMOR, 10-11-1990, ese día comprendí que no pasaría sola o abandonada ni un minuto de mi vida.
GRACIAS, MAMÁ.
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