No me alegro de las desgracias ajenas, pero en cierto modo me consuela saber que la balanza está equilibrada.
Desafortunadamente vivimos aún en una sociedad patriarcal. Cuando una pareja tiene problemas para tener hijos, lo fácil es echarle la culpa a la mujer.
Esto me recuerda a la historia de mi prima. Después de largos años de noviazgo y matrimonio, la pareja no conseguía el ansiado y deseado embarazo, y los comentarios no tardaron en llegar, "seguro que es ella la que no puede", "habrá tomado pastillas anticonceptivas muchos años".
Fue separarse de su marido, rehacer su vida con otro hombre y al poco tiempo quedarse embarazada. Ella demostró su fertilidad y le dio un punto en la boca a todas esas viejas chismosas del pueblo.
¿Y ahora qué?
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