Contarle a un hijo que su origen biológico se debe a una ovodonación o una donación de esperma es, desde hace mucho tiempo, un tema de debate. Esto se debe, principalmente, a que los padres tienen muchas dudas en torno a cuál será su reacción y, por tanto, el impacto psicológico derivado de la misma.
Todavía existen tabúes y prejuicios relacionados con los problemas de fertilidad. Esto hace que la decisión de contárselo a los hijos dependa del modelo de familia del que se trate:
En el caso de parejas homosexuales o de madres y padres solteros, la necesidad de recurrir a la reproducción asistida se hace evidente y facilita la decisión de contarle a los hijos la verdad sobre su origen.
En cambio, en el caso de parejas heterosexuales, no es tan obvio que deben recurrir a la donación: tener un hijo entra dentro del esquema habitual. Si la pareja ha ocultado a su entorno social y familiar sus problemas de fertilidad, tiene más facilidades para mantener el secreto si así lo desea. Tendrá más libertad para sopesar los argumentos a favor y en contra.
La decisión de revelar o no la verdad está en manos de los padres. No obstante, hay que tener en cuenta que un gran número de especialistas, profesionales del ámbito de la psicología e incluso personas que fueron concebidas por donación de semen, ovodonación o donación de embriones se han mostrado partidarios de la franqueza en estos casos.
A continuación mostramos qué aspectos deben valorarse a la hora de decidir si contarlo o no:
Argumentos a favor:
En los últimos años, se ha observado una clara tendencia a favor de revelarlo, aunque todavía existe un amplio debate a nivel internacional relativo a este tema. El Comité de Ética de la ASRM (American Society for Reproductive Medicine) considera que hablarle al niño de sus orígenes y de las características del donante (si se conocen) podría ser beneficioso.
Existen numerosos argumentos a favor, entre los cuales destacamos los siguientes:
Entender su propia identidad puede ayudarle a tomar mejores decisiones a lo largo de su vida.
Ayuda a construir una relación entre padres e hijos basada en la honestidad a la hora de comunicarse.
No contárselo puede llevar a que se generen tensiones a largo plazo entre aquellos que lo saben y los que no.
Conocer su propia herencia genética hace que puedan disponer de más información en caso de problemas graves de salud.
Informar al niño sobre sus orígenes puede serle útil ante temas relacionados con la consanguinidad.
Son muchos los países que han creado o se han planteado promulgar leyes para facilitar que estas personas puedan acceder a la información sobre sus orígenes. Por ejemplo, la Constitución de Suiza hace referencia al derecho de todo niño a saber sobre su herencia genética, ya sea por donación o no.
Otros países, como Reino Unido, Países Bajos, Austria, Suecia, Nueva Zelanda y el Estado de Victoria (Australia), exigen que se facilite información sobre la identidad del donante si ésta se solicita.
Quienes están a favor también consideran que en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) de las Naciones Unidas, en la cláusula relacionada con el origen biológico, debería aludirse también a la revelación de los orígenes cuando éstos sean por donación.
Argumentos en contra:
Existe otro grupo de padworres que cree que es mejor no revelarles sus orígenes a los niños concebidos por donación de gametos. En general, aquellos que se muestran a favor de no contarlo consideran que hacerlo no solo podría sumir al niño o niña en una situación de inestabilidad psicológica, sino que también podría afectar al desarrollo de sus habilidades sociales.
En este sentido, la principal preocupación de estos padres es la siguiente: ¿y si el niño, una vez le han sido revelados sus orígenes, quiere saber más sobre el donante pero no puede? En cualquier caso, varios estudios han demostrado que, en estas situaciones, el niño se ha desarrollado correctamente, es decir, no conocer estos datos no ha resultado perjudicial para él.
A muchos padres les preocupa que su hijo conozca sus orígenes biológicos por miedo a que, una vez lo sepa, éste les pueda rechazar. No obstante, no deberían tener ese miedo, ya que el rechazo puede aparecer también si no existe una comunicación con el niño basada en la honestidad. El hecho de que existan secretos dentro de la familia puede dañar las relaciones y crear tensiones a largo plazo, sobre todo en caso de divorcio o separación.
Por otro lado, muchos padres prefieren mantener en secreto el origen biológico de su hijo simplemente porque no quieren que se sepa sobre sus problemas de fertilidad. Esto es bastante común en sociedades en las que el uso de gametos de donante o el acceso a la reproducción asistida están considerados temas tabú.
Varios estudios han demostrado que la gran mayoría de padres no tienen pensado informar a su descendencia sobre sus orígenes, incluso aunque ya se lo hayan contado a otros. En el caso de las parejas heterosexuales, esta tendencia es menos frecuente en los casos en los que se ha recurrido a la ovodonación que en los que se ha usado semen de donante.
¿Qué puedo contarle a mi hijo?
Tomar la decisión de cuánta información revelarle al niño dependerá tanto de las preferencias de los padres como del marco legal de cada país respecto a la donación de gametos y embriones.
En países como Estados Unidos, los niños nacidos por donación pueden hallar información sobre la identidad del donante y sus características a través de Internet. Algunos donantes crean su propio sitio web para informar acerca de su deseo de conocer a los futuros niños.
Por ejemplo, en el Reino Unido, la normativa en cuanto a donación de gametos obliga a que los donantes redacten una descripción personal y un mensaje de buena voluntad para el niño nacido fruto de su donación. La intención de ello es que la persona pueda saber más acerca de su donante como persona en un futuro.
En otros países, como España, Chipre, Grecia, Portugal o la República Checa, el anonimato de los donantes es un requisito de obligatorio cumplimiento y, por tanto, ni los padres ni los futuros hijos pueden conocer al donante. Sí que es posible obtener información general, como su color de pelo y ojos, grupo sanguíneo, peso, altura, etc.
¿Cuándo decírselo?
El principal debate sobre cuándo revelarlo está relacionado con el hecho de que decirlo en la adolescencia o más tarde puede resultar perjudicial. Algunos estudios han demostrado que aquellos que conocen su verdadero origen biológico en la edad adulta pueden sentirse frustrados y decepcionados con sus padres.
Quienes están a favor de contarlo en la adolescencia o antes estipulan que:
Revelarlo a una edad temprana hace que los niños puedan asimilar dicha información con el paso del tiempo.
Planear cuándo contarlo puede ayudar a evitar que el niño lo descubra por sí mismo, lo cual puede ser contraproducente.
En cualquier caso, decidir en qué momento contarlo dependerá de cada situación familiar, del nivel de preparación psicológica del niño y de si los padres consideran que su hijo es lo suficientemente maduro como para entender qué es la donación de gametos y qué implica.
¿Cómo decírselo?
Es importante destacar que deben ser los padres quienes cuenten a su hijo cuáles son sus orígenes y no otra persona. Éstos tienen que prepararse para tratar el tema con total naturalidad y poder anticiparse ante posibles dudas que pueda tener el niño.
Si se decide contarlo desde que son pequeños, los expertos recomiendan hacerlo poco a poco, integrando conceptos que el niño pueda asimilar. Por ejemplo, se le puede contar que hay diversos modelos de familias, no sólo el que él conoce como papá y mamá. También hay otros niños que tienen dos mamás o dos papás.
Hoy en día, hay publicados varios cuentos infantiles que pueden ser de gran ayuda para explicar a los niños que existen otras formas de concebir a los hijos, que hay mujeres muy solidarias que donan sus óvulos para que otras que no tienen puedan ser madres.
A lo largo del tiempo el niño irá asimilando todos estos conceptos y será él mismo el que empiece a hacer preguntas a sus padres, lo cual puede facilitar la situación.
Otro material que puede ser muy útil para contar al niño que ha nacido gracias a una donación de óvulos es elaborar un álbum de fotos desde que empezó el tratamiento de fertilidad, con imágenes del embrión en el momento de la transferencia y ecografías a lo largo del embarazo. Esto ayudará al niño a conocer su historia.
Por último, es muy importante que los padres tengan en cuenta que no deben utilizar conceptos como "no soy tu madre genética" o "no eres mi hijo biológico". El niño no puede dudar en ningún momento de quiénes son sus padres.
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